La historia vuelve a repetirse. A bordo de un cayuco que fue localizado ayer domingo al sur del Faro de Maspalomas, en Gran Canaria, viajaban dos cadáveres junto al resto de ocupantes, más un tercer joven que llegó en un estado tan lamentable que falleció a las pocas horas en el Hospital Insular (Imagen de Sergio Pérez, de Acn Press). En total, 68 inmigrantes y tres de ellos, muertos. No es la primera vez que ocurre ni será la última. El cansancio, el frío, la falta de comida y agua, el sol de justicia, la deshidratación, los constantes vaivenes del cayuco... No todos lo pueden resistir. Mientras en Europa seguimos enredados con debates bizantinos sobre la inmigración y nos empeñamos en blindar aún más nuestras fronteras, África continúa desangrándose. Si estos muertos a los pies del Paraíso fueran blanquitos de piel, otro gallo cantaría.
2 comentarios:
QUIQUIRI QUI KIKIRIQUI KIQUIQUIRI QUI CANTARÁ EL GALLO EN EL FUTURO.
SINO TIEMPO AL TIEMPO
SALUDOS JOSÉ
Los gallos llevan cantando desde siempre, pero nadie parece haber entendido que esto es un asunto de ida y vuelta. Gracias por tu comentario, Roberto, un abrazo
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