martes, 10 de febrero de 2009

ELOGIO DE LA OBSCENIDAD


Dos mil botellas de champán, 8.000 langostas, 100 kilos de gambas, 4.000 porciones de caviar, 3.000 patos, 16.000 huevos, 3.000 tartas de chocolate y vainilla y 8.000 cajas de bombones Ferrero Rocher, entre otras viandas y dispendios. Éste es, según el periódico inglés The Times, parte del menú de la fiesta de cumpleaños que prepara el dictador y tirano presidente de Zimbaue, Robert Mugabe, para el próximo 21 de febrero mientras unos siete millones de sus compatriotas se mueren, literalmente, de hambre y de cólera.

Mugabe lleva 28 años al frente de su país, que ostenta el dudoso honor de ser la peor economía del mundo, con un 94% de su población en el paro y una tasa de inflación del 231 millones por ciento. Naciones Unidas, a través del Programa Mundial de Alimentos, mantiene diversos programas activos en suelo zimbauense para dar de comer a millones de personas. Es por eso que la fiesta del presidente, en la que se va a gastar cientos de miles de euros, ha sido calificada como “obscena” y justificaría, por sí sola, una decidida intervención de la comunidad internacional.

Sin embargo, estaba escribiendo este artículo sobre Mugabe y su derroche y ostentación en un contexto de escasez cuando, de repente, se me han venido a la cabeza los grandes bancos españoles, que han mantenido sus espectaculares ganancias mil millonarias mientras los españolitos nos vamos al paro o nos apretamos el cinturón hasta la asfixia. Y encima el Gobierno inyecta dinero a las entidades financieras para salvarlas de la crisis. No me digan que esto no es también pornográfico.

Alguien debería hacer algo con los bancos en España. Fíjense. De todas las cosas que está intentando hacer Obama, vamos a ver hasta dónde le dejan llegar, hay una que me ha caído especialmente bien. No les hablo de cerrar Guantánamo o de tener un plan contra la recesión mundial, no. Me refiero a que ha exigido a los grandes directivos de la banca estadounidense que se bajen el sueldo hasta los 389.000 euros anuales, o sea, algo más de 5 millones de pesetas mensuales, que es más o menos lo que viene a cobrar el propio Obama, quien, por cierto, también ha vaticinado un mayor intervencionismo en la economía.

Si es obsceno lo de Mugabe, también lo es lo de Botín. ¡Cómo disfrutaría viendo a nuestro Zapatero plantado delante de estos personajillos que manejan la cosa financiera y poniéndolos firmes! ¡Qué imagen! Pero bueno, eso no va a ocurrir. Al menos hasta que a Zapatero no le den una mano de pintura. Negra, por supuesto.

11 comentarios:

Javier Moreno dijo...

Estimado Pepe, primero el saludo y la felicitación por el artículo. Solo una cuestión, ¿Crees que lo expuesto en este artículo no es extrapolable a la situación de Canarias en la que se combina las más largas colas en Cáritas con los más grandiosos espectáculos culturales? ¿No podría ser que nuestra peculiar ideología del Arte no nos deje ver cómo nosotros también dilapidamos el dinero en espectáculos, mientras que no sabemos reconocer que primero hay que conseguir una sociedad más igualitaria?. El mejor saludo y el reconocimiento por tu trayectoria ética en esto del periodismo.

José Naranjo dijo...

Tu reflexión me parece acertada y valiente, lo que no me extraña viniendo de ti. Gracias por los elogios.

Luis de Vega dijo...

Sinceramente, me parece bastante más pornográfico Mugabe que Botín, al que, en todo caso, podríamos comparar con jugadores de fútbol, cantantes, etc. etc, etc... Reconozco que me gustaría ganar la décima parte que ellos.

Anónimo dijo...

Lo que no entiendo es como la comunidad internacional permite que esté aconteciendo la mayor epidemia de cólera de la historia de Zimbawue. En medio de su frenesí de lujos y fastos han muerto más de 3000 personas por esta enfermedad según la última noticia que leí hace unos días. Derroche de Mugabe pero cuánto derroche de cinismo por parte de sus protectores Sudáfrica o la mismísima Inglaterra?
Es insostenible,felicidades por el artículo señor Naranjo, es usted un gran versador de la realidad menos visible en los medios de comunicación.

Anónimo dijo...

Queridos Javier y Pepe, a lo mejor --casi seguro-- me voy a meter en un charco, porque llevo tiempo sin venir a las islas --qué más quisiera-- y desconozco por completo a qué espectáculos culturales os referís. Pero el argumento de Javier --a quien no tengo el placer de conocer, pero aplico aquello de que los amigos de mis amigos son mis amigos-- me parece peligrosamente manipulable. En el sentido de considerar a la cultura como algo secundario, ornamental, prescindible ante otras prioridades --algunas, como las que cita Javier, incuestionables; otras...--. Habitualmente, este argumento acaba sirviendo para no invertir en cultura mientras tampoco se afrontan esas prioridades. Evidentemente, las colas en Cáritas son un escándalo. Pero no serán los presupuestos de cultura las que las causan --digo yo--, ni creo que recortarlos fuera efectivo para evitarlas. Harían falta medidas estructurales de mucho más calado y un reenfoque de prioridades mucho más global, me temo. Y, por otra parte, sin cultura difícilmente conseguiremos esa sociedad igualitaria. Un abrazo

Javier Moreno dijo...

Estimado Josep, adelanto que ejerzo de crítico de música clásica, lo cual si bien no me da ninguna particular ventaja a la hora de tener la razón, sí vale la pena exponerlo para poner sobre aviso que no rechazo algo a lo que dedico tantas horas al día. Conozco la peligrosidad del argumento, pero lo asumo sin problema. Entiendo que el dinero público es uno, y por lo tanto una cantidad A irá a las artes y una cantidad B al bienestar social. La decisión que se tome respecto a los porcentajes es una cuestión de posicionamiento personal que dependerá de la concepción social de cada cual. Yo considero que una sociedad puede sobrevivir perfectamente sin un solo museo, pero no mi imagino que una sociedad sobreviva mucho tiempo sin justicia social. Me temo que para que haya museos o conciertos de música clásica como los que hoy se hacen, tiene que haber muchos pobres, porque no puedo imaginarme de qué otro sitio van a salir los tropecientos millones que vale un cuadro de Goya o traer a la Filarmónica de Viena. Si en eso consiste el Arte, en tener pobres, mala cosa es ese Arte. Ahora bien, baste con que se demuestre que el dinero de la cultura-espectáculo no se detrae del bienestar social para que cambie de opinión. Pero hasta la fecha nadie ha podido demostrarlo.

José Naranjo dijo...

Hola a ambos. Primero que nada decirles que se me saltan las lágrimas de la emoción de ver cómo se ha generado un fecundo debate en mi humilde blog. Y más aún porque se trata de dos amigos a los que, además, admiro, cada uno en su campo.

Segundo, sin ánimo de entrometerme, decirles que a mí se me revuelven las tripas cuando veo los cachés de algunos artistas que nuestras instituciones públicas traen a cantar o actuar. Para mí, la cultura es importante, pero todo tiene un límite, que es el sentido común.

Es como el fútbol, que alguien cobre lo que cobran muchos futbolistas es un insulto a la inteligencia. Oigo a los periodistas deportivos hablar de contratos millonarios y se me ponen los pelos como escarpias.

Saludos a ambos

José Naranjo dijo...

Por cierto, Josep, el fin de semana del 6 al 8 de marzo estaré en Barcelona. Ya te concreto.

Javier Moreno dijo...

Creo, estimado Pepe, que además de lo que haz apuntado sobre los caché, hay una pequeña trampa que he detectado en el concepto oficial de "Arte" que es reducir su expresión a lo que hacen los artistas. De tal forma que, por ejemplo, hacer un blog, no se considera Arte, y los gobiernos no se ven en la necesidad de subvencionarlos (¡y menos mal!). Creo que si somos críticos con el concepto de Arte oficial, tal vez encontremos que detrás hay otro tipo de Arte que, como decía Raymond Williams es una cosa "más ordinaria y alcance de todos". Más democrático en suma.

Gracias por tu blog, Pepe. A ver si entre todos volvemos a la costumbre aquella de dialogar.

Anónimo dijo...

Poco puedo oponer a vuestros comentarios. Como mucho, insistir en el pánico que me da este argumento en manos menos responsables que las vuestras. Y en que, Javier, además de las cantidades A y B, habría también mucho de qué hablar de las C, D, E, F... Pero no seré yo quien trate de negar que las instituciones públicas han hinchado con alegría algunos cachés indecentes. Dicho esto, Pepe, me marco en rojo en la agenda del 6 al 8 de marzo, a la espera de mayor detalle. Pero vamos, un autohomenaje no nos lo quita nadie

Anónimo dijo...

...algo más modesto que el de Mugabe, claro

 
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