viernes, 26 de septiembre de 2008

TURCÓN RESISTE

Apenas era un pibe de instituto cuando fui a mi primer pateo organizado por Turcón. La cita era en un punto intermedio entre Telde e Ingenio para subir por el barranco del Draguillo, dormir en la plaza de Cazadores y al día siguiente bajar por Los Cernícalos. Una caminata en toda regla. Yo debía tener unos 15 años, pero aprendí entonces algo, aparentemente muy simple, pero que me acompañaría ya durante toda mi vida: el mundo no se puede conocer de verdad si uno no se sale de la carretera.
En aquel pateo me asombré con la presencia de grabados prehispánicos tan cerca de mi casa, escalé hasta unas cuevas comunicadas por pasadizos a través de la piedra donde guardaban el grano antes de la Conquista, vi a hombres como castillos abrazarse amorosamente a los dragos y, sin embargo, arrancar sin piedad brotes de eucalipto, pasé un frío de muerte bajo las estrellas, asistí al milagro del nacimiento del agua y empecé a distinguir entre un verol, una retama y una tabaiba. Turcón era entonces un colectivo de jóvenes teldenses inquietos por la defensa de la Naturaleza. Hoy pueden decir orgullosos que resisten, que han cumplido 25 años y que no se han movido ni un milímetro en aquella lucha que emprendieron pintando murales desde un modesto colegio de EGB y que les ha llevado a convertirse en una referencia para el movimiento ecologista de toda Canarias. Pero la mejor manera de conocer cuál ha sido esta trayectoria es acercarse a ver la exposición que, con motivo del 25 aniversario, han colgado en las paredes del centro cultural del parque Arnao, en Telde. La lucha contra los vertidos o contra las extracciones de áridos, las propuestas para regenerar zonas deterioradas, como el proyecto de Parque Marítimo de Jinámar (nombre hoy vergonzosamente robado por un proyecto comercial que homenajea al mal gusto y que, además, no respeta en nada a la idea original), pero también la defensa del Patrimonio Histórico, como sus actos públicos al pie de Los Picachos, o las más recientes campañas en pro del transporte público en Gran Canaria son algunos de los hitos que marcan su existencia durante estos 25 años. A la gente de Turcón siempre le dio igual si eran 20 o 200 los que secundaban sus movilizaciones. Ellos se plantaban un año tras otro delante del tractor o junto a la boca del emisario por donde salía la mierda que llegaba hasta nuestras playas. De la misma forma, a la gente de Turcón le da igual que el actual concejal de Urbanismo de Telde les acuse de que “no respetan el estado de Derecho”, como dijo recientemente. En vez de hacerles un homenaje, los ponen fuera de la Constitución. Turcón, todo un ejemplo.

martes, 23 de septiembre de 2008

REPATRIACIONES POR DINERO

Los problemas surgidos en torno a la expulsión fallida de 101 gambianos desde Canarias no son sino la consecuencia de la política que ha enarbolado el Gobierno español en materia de inmigración en los últimos años. Cuando los cayucos comenzaron a llegar de dos en dos a Canarias, la primera medida de Zapatero fue abrir la cartera y regalar patrulleras y jeeps y donar dinero, mucho dinero, a los gobiernos de Mauritania y Senegal a cambio de que extremaran la vigilancia de sus costas y comenzaran a aceptar repatriaciones. Ya había ocurrido lo mismo con Marruecos y ahora Gambia pide su cuota. Que no digan ahora que les chantajean, porque fue España la que puso en marcha el soborno y el intercambio de estampitas en materia de inmigración. "Es el único lenguaje que entienden en África", dijeron entonces desde Exteriores. Nada importaba que, de paso, se truncara un derecho inalienable como es el de migrar y se sometiera a los africanos a la humillación y el sufrimiento de unas deportaciones que están generando un enorme malestar en estos países, una auténtica bomba de relojería social aún por evaluar. Si España se rascó los bolsillos antes, ahora que no ponga el grito en el cielo. 

miércoles, 17 de septiembre de 2008

HISTORIA DE UN FÓSFORO

Corría el año 2002. El entonces ministro de Interior español, un tal Mariano Rajoy, visitaba la antigua terminal del Aeropuerto de Fuerteventura convertida en centro de internamiento de inmigrantes. Tras el recorrido oficial y parado delante de su puerta, Rajoy declaraba ante los asombrados periodistas (a quienes, por cierto, no se permitió jamás el acceso) que en dicho lugar los inmigrantes recibían un trato “idóneo”.
Este gran estadista acababa de ver con sus propios ojos una de las peores y más sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos que se hubiera producido en territorio español durante la Democracia, una cárcel de los horrores donde los inmigrantes eran encerrados 40 días prácticamente sin luz natural ni aire fresco, donde los apenas tres wateres que había para cientos de personas se rebosaban y mojaban los colchones amontonados sobre el suelo, un recinto en el que un día tras otro la comida era fría y escasa y del que se entraba sano y se salía enfermo, un centro, en fin, que mereció las críticas y las denuncias de organismos europeos, nacionales e internacionales hasta que, por fin, se logró su cierre pasados algunos años. Teniendo en cuenta que para Rajoy estas condiciones de vida eran “idóneas”, no es de extrañar ahora que el líder de la derecha española se alarme por el hecho de que 180.000 extranjeros estén cobrando el paro en este país. Quizás para esta destacada figura de la política nacional, lo “idóneo” sería, más bien, reabrir la vieja terminal del Aeropuerto de Fuerteventura y meter allí a todos los inmigrantes en paro; o fletar vuelos y expulsarlos a sus países, para que deje de costarnos dinero su manutención. Se olvida Rajoy de decir que si cobran el paro es porque han trabajado en España y, por tanto, tienen derecho a ello por ley y por sentido común, igual que cualquier persona. Pero en realidad lo que pretende con estas declaraciones cargadas de intención es ordeñar votos de las dos vacas que dan más leche en este momento, a saber, la crisis económica y la inmigración. Sus palabras, que arriman un fósforo a la gasolina de la intolerancia, no lo convierten de repente en un político irresponsable, porque ya lo era; lo que estas declaraciones anuncian, más bien, es que cada vez hay más ojos que se dirigen hacia las personas extranjeras en busca de chivos expiatorios por la subida del paro o por la mala situación económica. Ojos que, por cierto, no militan todos en la derecha o están en la oposición.

lunes, 15 de septiembre de 2008

LA MISMA MATERIA HUMANA

Hace unos días estuve en un tanatorio acompañando a una amiga que acababa de perder a su padre. Al salir, me invadía un sentimiento de pesadumbre y de tristeza difícil de explicar con palabras, una sensación muy parecida a la que experimenté cuando regresé a Gran Canaria a finales de agosto tras un viaje al extranjero. El accidente del avión de Spanair me pilló fuera, pero nada más pisar el aeropuerto me pareció que más bien estaba entrando en un tanatorio, en un lugar donde la gente se reconocía por la tristeza en la mirada, donde el que más, el que menos, había perdido a un conocido, a un amigo, a un primo o a un vecino, cuando no a un padre, a un hijo o a un hermano.

Debe ser muy difícil de asimilar el desgarro que provoca la muerte de un ser querido, que en este caso se unía al absurdo de un accidente que nunca debió ocurrir si las cosas se hubieran hecho bien. Recuerdo perfectamente que mi primera reacción nada más tener conocimiento de la noticia fue llamar a mis familiares para averiguar si había alguien de los nuestros a bordo de ese avión. Hasta que no conseguí hablar con mis padres no pude quedarme tranquilo.

En cualquier caso, las horas que transcurrieron desde el accidente hasta que la compañía publicó la lista de pasajeros y se supo quiénes habían muerto y quiénes no debieron ser horribles, trágicas, dolorosas, interminables para muchos. Piénselo por un instante.

Y una vez pensado, imagínense ahora lo que deben sentir esas familias en Malí o en Senegal que han visto a sus hijos partir y que no han vuelto a saber de ellos en meses, a quienes llega el eco lejano de algún naufragio de una patera en aguas de Canarias, que ven por televisión las imágenes de los cuerpos sumergidos en el fondo de un cayuco y que no aciertan a distinguir si hay alguien que conozcan en medio de ese amasijo de carne, el vacío cotidiano de la falta de noticias y, finalmente, la sospecha, que crece con los días, de que su hijo, de que la esperanza de toda la familia, de que aquel que partió en busca de fortuna, nunca llegó a tocar tierra, de que se hundió para siempre en el mar.

El accidente del Spanair me sorprendió, precisamente, en una región del sur de Senegal donde cientos de familias viven con ese vacío y con ese dolor. Ni funerales oficiales ni listas de pasajeros. Porque una cosa sí les puedo decir. Estos chicos y las personas que murieron en el avión de Spanair están hechos de la misma materia humana. Por si alguien se había olvidado.

jueves, 11 de septiembre de 2008

COLABORACIÓN Y FORO DE LAS MIGRACIONES

Desde ayer miércoles inicio una colaboración semanal en el programa El Correíllo del buen amigo Juan García Luján en Canariasahora Radio, con la lectura de una columna de opinión sobre algún tema de actualidad. Dicha columna, que también se colgará en el periódico digital www.canariasahora.es cada miércoles, se escribirá bajo el epígrafe Los Invisibles, que también da nombre a este blog. Mi primera colaboración se llamó "La misma materia humana".
Por otra parte, mañana viernes tendré el honor de participar en el III Foro Social Mundial de las Migraciones, que se celebra en Rivas-Vaciamadrid. Me han invitado a presentar mi libro Cayucos y a una mesa redonda, en la que estaré muy bien acompañado por los periodistas Juan Manuel Pardellas y Belén Molina, el escritor Antonio Lozano y el grandísimo Nicolás Castellano. Todos ellos son canarios y también presentan sus trabajos en este Foro, lo cual es una excelente noticia. El acto de mañana será a partir de las 20.00 horas, así que si alguien se anima nos vemos por allí. 

lunes, 8 de septiembre de 2008

OTRA VEZ EN KANDAHAR



Lo acaba de denunciar Médicos del Mundo. La Gendarmería marroquí ha abandonado a su suerte un grupo de 37 jóvenes en una zona desértica, conocida como Kandahar, situada entre la frontera norte de Mauritania y la frontera sur del Sahara Occidental, controlada por Marruecos. Médicos del Mundo, en colaboración con CEAR y Cruz Roja, ha logrado localizar a 16, pero 21 continúan perdidos. Esta franja de unos cinco kilómetros de ancho está atravesada por un serpenteante camino de tierra del que no es aconsejable alejarse demasiado, dado que se trata de una zona minada. No es la primera vez que Marruecos abandona a grupos de inmigrantes en este lugar y en otros peores. En marzo de 2006 tuve ocasión de verlo con mis propios ojos (la fotografía que ilustra este comentario la tomé entonces en Kandahar).

Los jóvenes caminan de un puesto fronterizo al otro sin que ni Marruecos ni Mauritania les permitan el acceso, abandonados en medio de la nada, triste ejemplo de cómo los gobiernos africanos, especialmente Marruecos, pisotean los derechos de las personas con la complicidad de los estados europeos, de modo muy especial España, que financian y aplauden las medidas en materia migratoria.

Sólo cuando ONG o periodistas nos topamos con los hechos y los denunciamos, salta el escándalo y los gobiernos europeos se echan las manos a la cabeza y piden respeto a los Derechos Humanos. Es una auténtica vergüenza.

jueves, 4 de septiembre de 2008

LAS PATRAÑAS DEL GOBIERNO

La insigne secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, que a este ritmo acabará haciendo buenos a sus impresentables predecesores en el cargo, no tardó ni un par de horas. Apenas conoció la noticia de los 14 muertos en un cayuco llegado al sur de Gran Canaria, volvió a enarbolar el consabido y facilón discurso de "todo es culpa de las mafias". No me cansaré de decirlo: los africanos que recurren a los cayucos están desesperados por salir de su situación y suben voluntariamente a estas embarcaciones. Claro que hay gente que se aprovecha, igual que del tráfico de drogas o de armas. Estaría bueno. Pero si algo los obliga a escoger esta vía es, en realidad, la restrictiva legislación europea que no les deja más opciones, así que si alguien quiere buscar culpables que mire también hacia esta orilla.
Y ya entrando en materia, el ministro Corbacho anunció ayer un drástico recorte a las contrataciones de extranjeros en origen. Vamos, que la cosa es que no vengan, ni ilegal ni legalmente. Cerramos las ventanas para que no se cuelen, pero también les damos con la puerta en las narices. Y, en el colmo del despropósito, el ministro Rubalcaba dice que endurecerá las penas contra los supuestos patrones de cayucos, que no son sino los mismos inmigrantes que pagan el viaje llevando la piragua o que se prestan a ello porque saben hacerlo. Pero esto lo sabe Rubacalba y cualquier persona con sentido común, lo que pasa es que el Gobierno necesita chivos expiatorios para descargarse de responsabilidad: las mafias y los patrones. Menuda patraña.
Bien podrían esmerarse en investigar un poco qué están haciendo algunos gobiernos africanos con el dinero que España entrega a lo loco para que éstos cooperen con la vigilancia costera y las repatriaciones. En mi reciente viaje a Senegal, un joven bien informado me dijo, claramente, que el Gobierno español se había convertido en el brazo financiero del partido que gobierna en este país y, además, pude ver con mis propios ojos el uso particular que algunos privilegiados están dando a los millones y millones de euros que España les envía para, supuestamente, fomentar el retorno de los jóvenes a la agricultura. Así que menos chau, chau y más controlar la cosa, señores ministros.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

SIGUE LA DESESPERANZA



Una nueva tragedia nos despierta del letargo. Una decena de inmigrantes muertos en un cayuco que llegó esta mañana al sur de Gran Canaria. El goteo continúa. Los pueblos del interior de Senegal o de Malí siguen siendo una cantera inagotable para los cayucos, acabo de regresar de allí y no hay chico menor de treinta años que no tenga en la cabeza mejorar las condiciones de su familia logrando colarse en la fortaleza europea. Mientras tanto, la supuesta ayuda española (también lo he visto con mis propios ojos) sirve para financiar a partidos políticos y los caprichos de los caciques locales. La gente sigue igual de desesperada. Como para jugársela en el intento. En la foto del gran Manuel Lérida, un inmigrante atendido en el sur de Tenerife hace un par de días.
 
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